Thursday, August 21, 2014

mitos y leyendas de cienaga de oro

La Leyenda del Caiman de Oro

Dado que LA BABILLA O CAIMÁN FUCOS era junto con la hicotea los animales principales de esa cultura anfibia, pues los encontraban en todas partes y constituyeron, la base de su alimentación animal,  1.-(Dolmatoff)   2.cultura anfibia hombre hicotea (Fals- B..orda) aparece la leyenda del Caimán, este según los antiguos describía con su contorno esquemático las poblaciones zenúes. En efecto Betancí estaba señalada en la Cola del Animal, su pata trasera derecha en Ciénaga de Oro, la Izquierda en San José de caita-Orika, (hoy Lorica- Momíl) su mano delantera izquierda en  Sincelejo, Palmitos Sucre y su mano delantera derecho en Chinú -Sampués, Sahagún- agregamos a esta leyenda, algo que le falta para ser completa, la garganta, cabeza del animal que apuntan hasta la desembocadura del MAGDALENA en terrenos del bajo Bolívar hasta el canal del dique, en línea recta con sus afiladas colmillos.
El resto de la leyenda, de que el caimán se encontraba debajo de la Iglesia de San Andrés,  no tiene nada de verosímil, puesto que la Iglesia para esa fecha no estaba construida, y una leyenda auténticamente indígena, nada tiene que ver con una institución representativa de la cultura religiosa Europea
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El fantasma de Juan Lara

Es un espíritu burlón que aparece de vereda en vereda y de pueblo en pueblo, enamorado de alguna muchacha a quien asedia hasta enloquecerla. Si no es correspondido, empieza a hacerle la guerra lanzando piedras en los techos con risotadas que se oyen en el aire, las cuales no se sabe de donde vienen; se cree que en vida debió ser un hombre libidinoso, que por algún pecado sexual pudo ser condenado a vagar libre de enamorarse, pero con la desdicha de no ser correspondido y de no poseer pretendientes.

Cuentan que en Caimito asedió a una bella mujer casada, a quien tiraba regalos y piedras preciosas, pero al ser rechazado y repudiado pasó a odiarla, a tal punto que cada hijo que la señora iba teniendo no se lo dejaba criar.

En la vereda de Platero, muy cerca de Caimito y de San Marcos, se dedicó a una niña de rubios cabellos, a quien puso al borde de la locura y pudo salvarse del caso porque sus padres la llevaron a San Marcos para que el cura la exorcizara, tras lo cual fue retirado el espíritu.

Juan Lara también hizo aparición cerca de San Marcos en la vereda de San Felipe. Allí se enamoró de una muchacha de cabellos rubios y ojos verdes, también le tiraba flores, piedras preciosas y regalos. La muchacha, al no ceder a sus deseos, empezó arañándole el rostro y luego todo el cuerpo, con pellizcos y chupones, por último hasta provocó el incendio de su casa. La muchacha y su familia tuvieron que irse a vivir a Santa Inés.

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